Hay veces en que todo parece ir mal y todo tipo de hechos desagradables nos pasan a la vez. Pequeños problemas que se eternizan, cualquier detalle se tuerce, temas que siempre habían sido seguros de repente empiezan a temblar, la gente que nos rodea nos decepciona e incluso el coche deja de funcionar como dios manda. ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo puede ser que todo vaya mal a la vez? ¿Por qué de repente todo es difícil? La vida tiene formas extrañas de señalar que hemos salido del camino, que nos hemos desviado. ¿Has parado a mirarte a ti mismo? ¿Cómo te encuentras últimamente? Probablemente debes estar disgustado por ésto o aquello pero, allá abajo, en tu corazón, ¿Cómo te sientes? Disgustado, triste, angustiado, vacío... A veces va bien fijarnos en qué sentimos y ponerle nombre. Sólo saber qué nos está pasando, descubrirlo, y entonces; podemos cambiar lo que haga falta. Podemos tardar mucho tiempo en averiguar lo que nos pasa, y mientras tanto seguimos sintiéndonos fatal.. Desde este punto es muy difícil salir adelante. ¿Què ha pasado? Nos hemos olvidado de sentirnos vivos. Hemos regalado nuestra felicidad. ¿Te acuerdas cuando, mirando un paisaje precioso, sentías que la vida es increíble? ¿..Cuando escuchabas música y sentías un cosquilleo en la barriga? ¿..Sentir una brisa cálida en la mejilla una tarde de verano y encontrar que la vida era preciosa? ¿Recuerdas cuando sentías tu alma bailando dentro de ti? Nada, ni nadie, te puede dar esos sentimientos. Y nada, ni nadie, debe quitártelos. De modo que, cuando todo se tuerce, recuerda quién eres. Vuelve a aquellos lugares que te tocan el alma. Canta una canción. Haz todo lo que te gusta hacer. Quiérete a ti mismo. Cuando estás a gusto contigo mismo, nada va mal, aunque puede haber cambios. Todo encontrará su lugar y la vida se convertirá en una suave corriente con la que fluir. Cuando todo se tuerce, siéntete vivo.

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